Una historia de amor, amistades femeninas y secretos familiares en el idílico paraje de la Provenza. Con el corazón roto por la muerte de su marido, Heidi viaja con Abbott, su hijo de ocho años, obsesivo-compulsivo, y su sobrina Charlotte, en plena turbulencia adolescente, a pasar el verano en su casa familiar –que necesita urgentes reparaciones –, en una pequeña aldea en el sur de Francia.
Allí, a miles de kilómetros de casa, Charlotte hará una impactante confesión... En medio de ese paisaje paradisiaco, tres generaciones chocarán entre ellas, y también con la vecina de al lado, que parece conocer todos los secretos de la familia, y con un enigmático francés.
Un viaje a través del amor, la pérdida y la reparación, en medio de los campos de lavanda, los vientos cálidos, los sabores y los olores de la Provenza.
Viendo la portada del libro, que es en la Provenza, me llamó mucho la atención. Me esperaba... , yo qué se lo que me esperaba. Me he llevado un chasco. Heidi se pasa medio libro, que son muchas páginas, hablando de su marido muerto, Henry esto, Henry aquello. Da la sensación de que ella nació el día en que conoció a Henry y murió con él. Como dice Julien los fantasmas son ellos. Heidi está completamente desdibujada, perdida, sin vida. Sin embargo Abbot, su hijo, parece más adulto y hasta Charlotte va creciendo según van pasando las páginas. No puedo decir que no me ha gustado porque cualquier libro me gusta aunque solo sea por el hecho de que alguien lo ha escrito y ha puesto su mente y su alma allí. Pero es que quizás he cometido el error de esperar demasiado y no debía haberlo hecho. Puedo decir que a partir de la mitad del libro hasta el final está bastante bien.
Un viaje a través del amor, la pérdida y la reparación, en medio de los campos de lavanda, los vientos cálidos, los sabores y los olores de la Provenza.
Viendo la portada del libro, que es en la Provenza, me llamó mucho la atención. Me esperaba... , yo qué se lo que me esperaba. Me he llevado un chasco. Heidi se pasa medio libro, que son muchas páginas, hablando de su marido muerto, Henry esto, Henry aquello. Da la sensación de que ella nació el día en que conoció a Henry y murió con él. Como dice Julien los fantasmas son ellos. Heidi está completamente desdibujada, perdida, sin vida. Sin embargo Abbot, su hijo, parece más adulto y hasta Charlotte va creciendo según van pasando las páginas. No puedo decir que no me ha gustado porque cualquier libro me gusta aunque solo sea por el hecho de que alguien lo ha escrito y ha puesto su mente y su alma allí. Pero es que quizás he cometido el error de esperar demasiado y no debía haberlo hecho. Puedo decir que a partir de la mitad del libro hasta el final está bastante bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario