Es una novela muy bonita, ambientada en EEUU en plena segunda guerra mundial y protagonizada por una universitaria, hija de un clérigo, que al quedarse embarazada de un soldado de quien no vuelve a tener noticias es obligada por su padre a casarse con un granjero al que no conoce ni ha visto nunca. La vida de Livvy cambia drásticamente. La universitaria llena de sueños y planes de futuro se ve de pronto inmersa en una vida que no ha elegido y para la que no está preparada, en una sociedad cerrada, casi aislada del mundo en mitad de la nada, en una granja sin vecinos cerca y casada con un hombre bueno pero de pocas palabras que no tiene nada en común con el padre del hijo que espera.
En un mundo en guerra, el gobierno estadounidense ha
ordenado la reclusión en campos especiales de los ciudadanos japoneses
afincados en el país y de sus hijos. Así Livvy conoce a dos muchachas
poco menores que ella, hijas de emigrantes japoneses que están en uno de
esos campos y son una barata mano de obra en el trabajo de las granjas
de la zona. Dos chicas que como ella se han visto inmersas en una vida
totalmente diferente a la que soñaron y que no han elegido. Me ha gustado, no es nada del otro mundo pero está bien.
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