Aunque oficialmente Caedmon de Helmsby es sólo el traductor del rey, en realidad actúa como auténtico mediador entre normandos e ingleses, una tarea de las más ingratas en la turbulenta época del siglo XI, y es una de las personas de confianza de Guillermo el Conquistador. Caedmon descubre más de una conspiración entre la propia gente del rey. Además se reencuentra con su amada Aliesa, casada ahora con su amigo Entienne, y a pesar de sus promesas los antiguos amantes reinician su relación sentimental. La desazón de Caedmon no hace más que aumentar cuando el rey decide que su traductor debe casarse y elige para él a una mujer con la que no se entiende en absoluto. Todo se complica aún más cuando su secreta relación es descubierta.
He devorado la segunda parte ya que el segundo libro empieza donde termina el primero y quería saber qué más le pasaba al pobre Caedmon, porque pasa de desventura en desventura en esa época tan convulsa como fue la conquista de Inglaterra por Guillermo, su reinado con guerras por todos los frentes y conspiraciones hasta de sus propios allegados. Estos dos libros, como el anterior "El rey de la ciudad púrpura", serán de esos que pasados los años quedarán en mi memoria. Me han encantado. Ha sido como si yo estuviese allí con él viviéndolo todo. Genial.